Necesito tiempo.



Volveré. No tardaré.





Luego.

Instancia.

¿Por qué presiento que mi vida es como vivir en un cuento de Kafka?


Alguien me debería de explicar o mínimo ser integrante en mi cuento y hacerlo más ameno.

Ella.

Nunca he sido buena para esto. Menos al tratar de explicar lo que mis palabra bruscas, resongonas y con ímpetus sumergidos entre atardeceres camuflajeados en ideas tan mías que te den una pauta de lo que buscas en mi. Empezaré por un ayer.

Pero es que no es cualquier ayer, no puede ser cualquiera cuando montones de vidas se entrelanza sólo para regalarme una tarde cálida o caricias que insinuaban la mejor de las sonrisas. No puede ser cualquiera cuando conocí el brillo que se asomaba entre el cómulo de largas pestañas en muchos rostros. No, no puede ser. Ese beso tan callado y propio de la noche no puede ser de cualquier ayer. O esas horas de esfuerzos que lo llevan a uno a vivir la mejor de las historias y seguir en la pauta de sus sueños. Aquellos momentos que hacen la vida y desplazan a la palabra "monotonía" de vez en vez.

La sinfonía que un cómulo de hojas, aire y aquel eco pasean sobre mi hombro para contarme que todo un pasado viene detrás para darme lo que hoy soy. Y tú, con aquella sonrisa tratando de entender. Descuida, lo vas a entender.

A eso, querida mía se le llama vivir.

P.D.

Lo terrible que es tener cuatro textos inconclusos que llevan a lo mismo y yo con temor a ser descubierta por completo. Vamos, ¿miedo a qué? Si yo misma sé lo que pasa. Me niego.

Aún no es tiempo.

Sólo el tiempo.

¿Quién dijo que la noche no puede ser distraída y tardía? Tanto, que las horas pasen en vano por que mi sonrisa se refleja en tus ojos. Mis palabras te hablan, recibiendo otras tantas como respuesta. La lluvia cae, se va y regresa. El roce de tus manos sobre mi cara son el gesto más noble que recibo siempre de ti.

No importa el pasado que tuvimos, ni las complicaciones del mismo. A 4 años, la perspectiva desde aquí se ve tan distinta...

Y qué decir del lugar donde todo sucede, es mágico, inolvidable, tiene algo... definitivamente no será lo mismo en otro lugar, como tú dices. Jamás.

¿Qué serán de los besos a escondidas y las complicidades que se asoman en aquél sillón? ¿Qué serán de las caricias no permitidas que me brindan tus manos? ¿Qué hago con la sensación de tu rostro sobre mi pecho y aquella música de fondo?

No puedo dejar atrás la sensación que me estremece cada vez que tus dedos pasan por el medio de mis senos y el aire se me escapa. No puedo olvidar la cadencia de tu cuerpo que me envuelve a la par de tus brazos.

No, cuando lo que emana de entre tus piernas me reclama las noches que estuve lejos y tu "te extrañe" me enardece las entrañas...

Aquella

La luz de la ventana le pegaba sobre la espalda. Él, la miraba tiernamente mientras despertaba. La mano de aquel hombre sobre su espalda le recordaba cierta seguridad que en ella sentía familiar. Ella voltea, se acomoda entre sus brazos y acaricia su cara, mientras lo observa. Él, se queda tan quieto, tan indefenso que ella no puede evitar sonreír.

Ella mientras se recuesta boca arriba, recuerda como aquellas manos la tuvieron por completo. No recuerda cuando fué la última vez que se sentía tan completa. No recuerda la última vez que el amor le entro por la piel, toda. Él, no lo sabe.

Ella, intenta no pensar en un adiós. Él, ya la espera. Ella muere por correr a sus brazos, no lo hace. Él sólo la observa y cuida de ella.

Si tan sólo él supiera que la sonrisa que nace en ella cada día no es en vano...

(extracto de algo que escribí hace unos seis mess, estragos de montones de letras.)

Tempora mutatur, et nos mutamur in illis.

Aquí les dejo un tramo de lo que una de las personas más importantes, él que alguna vez me robó el sueño me dijo en una plática en la que hablamos hace unas horas de lo que sería de nosotros, de la muerte, de la vida, lo volátil de todo:

Que estaremos bajo la lluvia, tú con una bala de .45 en el vientre y besaría tus labios con sangre. Robando el último aliento de calidez de tu cuerpo y de tu vida. No te dejaría hablar gritando dramáticamente por una ambulancia. Te diría que aún tenemos que atrapar mantis y comer mariscos y encontrarle novio a tu iguana.

Pero no pasará así. Ambos estaremos cagados de miedo en una situación así. Por eso mejor ahora y esta noche y otras más es cuando prefiero decírtelo.

Que tu nombre, la música y la lluvia por las tardes está irrevoclablemente enlazada entre nuestro afecto y nuestro amor. Ese amor tornasol, extraño y caprichoso; pero amable y cadencioso. Que tu llegada siempre esun aliciente y tu despedida una promesa. Así es más bonito.

Diré muchas estupideces el día que esté muriendo. Lo sé.
Pero te digo ahora que una de las que me gustaría recordar porque vale la pena es recordártelo.

Te quiero, Priscila.

Justo como eres. Justo como somos.

¿Quién no le sonreiría con palabras como esas? ¿Cómo no quererlo como uno de mis más grandes recuerdos? ¿Cómo no recordarte con esta canción?

Gracias por conservar esta amistad, G.

And so it is, just like you said it would be..

The new one

El interés no es saber que colores te gustan, ni cual es tu número favorito. El interés es cuando te preguntan tu segundo nombre y el sueño más grande de tu vida. El interés es cuando un hola te da la pauta de todo un esquema en tu vida.


Recuérdenme tenerlo presente. Que luego se me escapan buenos momentos en la vida.

Llegaste en buen momento.
Una temporada más de nuevas ilusiones.
Bienvenido.

If I lay here...

¿Cuándo está una situación controlada?


Cuando se está de regreso.


Esta corrió por mi cuenta.


Más que claro.


C'est fini.


Yo pagué.

Pequeña.

Cual solamente se puede ser libre, a mi manera. En esta tierra, en este instante. Y soy feliz.

Feliz por aquello que vivo y lo que está por venir. Amo a lo que no pide nada o casi nada, que no es lo mismo pero es igual. Y si eso fuera poco, muero y vivo habitando mi tiempo, mi sentir y mi propia sinfonía. Tengo mis pasos que poco a poco reparo de lugar en lugar, jugando con el destino. Tengo una y tantas canciones... y seguiré hablando para ti.

Soy una mujer feliz.

La ciudad se derrumba y yo cantando...

1

No sé ni por donde empezar.

Son muchos los puntos débiles que tocaste en mi. Desde tu manera tan única de hacerme temblar y pedirte más, hasta esa forma en la que cada una de las palabras que dijiste me sonaban familiares y suficientes como para creer en ti.

Compartí el tiempo suficiente como para conocerte desde otra perspectiva. Acepté cada una de las palabras que me hablaron de ti, y te compartí otras tantas que venían desde adentro.

Tomé el aroma de tu piel, lo probé, lo sentí y lo viví. Por un instante el curso del tiempo y del porqué de las cosas se volvieron uno. Lo disfruté. Desde su principio hasta su término. La lluvia estuvo ahí, justo como lo esperaba.

No sé que sucederá, no sé que vendrá, ni cual sea el rumbo de las cosas o tal véz no lo tenga. Pero lo único que sé, es que esa noche, tú y el conjunto de todos esos pequeños detalles son lo que me hace pensarte y tenerte presente.