Si leyeras cada verso que sostiene mi suspiro con el viento, si escucharas cada pensamiento lúbrico que me huele a ti, la sonrisa que se dibuja cuando me hablan de tierras lejanas, sabrías que mi piel tiene escondidos deseos...
Si la noche te entregara cada caricia que en mi sueños incitas, si murmuro aquella necesidad que me hace volver, aquel azote violento que recorre mis piernas cuando de tu voz salen palabras de añoranza, encontrarías que mi piel te tiene dentro...
Si mi piel te hablara del deseo que la carcome, recordarías aquél viento que la recorría esa noche.
no me fuí... simplemente esperé.