Nunca pensé que llegaría ese momento en el que me miraría en un reflejo que los demás intentaron crear de mí. Ellos nunca pensaron que ese reflejo era sólo el camuflaje de lo que vive dentro de mí.
Y es que olvidan que hasta las mentiras saben a verdad cuando las palabras que se deslizan por mi boca, hacen juego con lo que quieren escuchar.