Yo no puedo nombrarme victoriosa de batallas ni hostil ante las tempestades. No puedo. Tampoco puedo rendirme ante aires llenos de viento sabor a menta ni alzarme ante puños de candor.
Pero quizá, sólo quizá, sí esté buscando siluetas o algo semejante que fuese adorable, o por lo menos querible, besable, amable.
Y quizá, sólo quizá, lo encuentre buscando la vida o buscando la muerte, eso nunca se sabe.